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PECIO ANNA
Carguero holandés de 499 Toneladas de desplazamiento.
En ruta desde Teignmounth (Inglaterra) a Génova (Italia), con 9 hombres
en la tripulación y un cargamento de porcelana china en polvo. Fecha de
hundimiento 19 de septiembre de 1969.
Con su cargamento de 900 Toneladas de porcelana china en
polvo, el día 19 de septiembre de 1969, la tripulación del Anna
comprueba alarmada que el buque mantiene una pronunciada escora, que se
agrava hasta alcanzar los 25 grados de inclinación. Se lanza entonces
una llamada de socorro y el mensaje es captado por estaciones costeras,
el remolcador de rescate alemán Océanic , estacionado en el puerto de A
Coruña y también fue recibida por los pesqueros Costa del Mar y Pilar
Iglesias, que navegaban por las proximidades. A las 08:00 el Océanic
estaba al lado del Anna y le da remolque al tiempo que evacúa a la
tripulación. A bordo sólo quedan el capitán, el primer oficial, el
maquinista y un marinero; todos ellos voluntarios. Cuando la escora del
buque alcanza los 50 grados las posibilidades de salvamento se vuelven
nulas y a las 09:30 zozobra y muestra al aire la quilla. Los tres
tripulantes en proa abandonan el buque y el capitán, en el puente, les
sigue arrojándose al agua, de donde es rescatado por el pesquero Costa
del Mar.
Fuente: “Historia da costa galega e os seus naufraxios século XX” de
Fernando Patricio Cortizo . "Tesouros asolagados" de Miguel San Claudio.
Por fin…, tocaba el Anna. Después de bucear el año pasado
en el Hochheimer teníamos previsto bucear el Anna hacía finales de
verano pero el plan fue tan ajustado de tiempo que al final tuvo que
posponerse un año más.
Pero todo llega, y en la primera semana de agosto pudimos reunirnos para
bucearlo, haciendo base en las instalaciones de Buceo Galicia y
partiendo desde el Nautico de Marinacoruña donde nos esperaba la
semirrígida preparada.
Como Murphy nunca falla a las citas, después de unos días fantásticos de
visibilidad y aguas claras durante las semanas previas de Julio, que
aprovechamos para bucear también en el Thongay, todo cambió ya de forma
notable en la primera inmersión en el Anna. La visibilidad disminuyó
notablemente y las capas de sedimento entre aguas propiciaron que en el
fondo a -91m la inmersión se desarrollase en total oscuridad.
Primera inmersión…:, ¡El pecio está entero!!. Fondeados en la zona de
popa, Unai asegura el fondeo a una estructura. A primera “vista” el
pecio coincide con las dimensiones que esperábamos encontrar
correspondiendo con unos 50m de eslora. Está totalmente tumbado sobre el
costado de estribor y con la proa orientada hacia el sureste, hacía la
ensenada del Orzán (La Coruña). La oscuridad es total, tanto que la luz
de los potentes focos que utilizamos parece difuminarse. Como digo, el
barco está entero, tan solo la parte superior del castillo de popa
parece tener algunos de sus mamparos caídos en la parte más alta. La
inmersión discurre con normalidad y cada uno se “pierde” un poco en su
zona buscando algún indicio notable que ayude a identificar, recorriendo
desde la popa hasta el interior de la primera bodega a la que Juan llega
tendiendo hilo y en la que al verse en tierra de nadie lo fija y decide
volver.
El resto de los días de inmersión no hubo muchas más novedades
dedicándola a hacer algunas fotos y video en la zona explorada. Fue en
una de ellas cuando volviendo de -91m que se encuentra el pecio que oí
por debajo de mí a Unai gritar repetidamente algo que no conseguía
entender…me extrañó el tono elevado y continuo, así que descendí de
nuevo unos cuantos metros hasta ponerme a su altura y la de Suso,… lo
miré mientras repetía una y otra vez: “ Alex…!! Alex no está,!!…” al
tiempo que señalaba la línea de cabo por debajo nuestro. Miré hacia
abajo… solo veía a Juan unos ocho metros por debajo de nuestra cota y la
línea de fondeo que desaparecía en la negrura…De repente se me heló la
sangre… Alex no estaba!!..Alex no estaba!!... Maldecí unos segundos a
través de la tráquea sin querer dar credito. Descendí los metros que nos
separaban de Juan y me dirigí a él … y Alex?? donde está Alex?? – le
pregunté- Me miró extrañado, y aparentemente ajeno a lo que estaba
sucediendo me dió a entender en su pizarra que no lo sabía.
De nuevo dirijo la mirada hacia el fondo siguiendo la línea de fondeo,
nada, ni una luz, ni una señal, nada de nada, solo la oscuridad más
absoluta. Asciendo de nuevo hacia mi cota de descompresión y paso al
lado de Unai y Suso sin decir nada, dirijo la mirada siguiendo la línea
hacía superficie pero la visibilidad es reducida y no veo a nadie por
encima nuestro, además, -pensaba- yo era el primero que abandonaría el
fondo, nadie podía estar por encima de mí.
No sé cuantos minutos permanecimos así, cada uno en su cota, y cada uno
pensando quien sabe qué… Alex no había vuelto con nosotros y eso solo
podía significar que algo malo había ocurrido.
No podía ser, Alex era un buzo experto..,¿ qué podía haber ocurrido? Sin
apenas darme cuenta me ví ascendiendo por el cabo buscando algo… nada,
no había nadie… Seguí ascendiendo hasta que de pronto veo una silueta
adivinarse en medio del plancton… es…es? Es Alex!!! Maldita sea !! Es el
del
Alex!!! Pero qué diablos hace ahí?? Me aproximé a él y apreté su brazo,
solté un demonio por la boca y descendí a avisar a mis compañeros. Alex
me acompañó, tenía la parte superior de las gafas rota y un corte en la
frente del que sangraba, algo le había pasado.
ASI LO VIVIÓ ALEX:
“… ya en el fondo, compruebo que las lecturas de Ppo2 son correctas, veo
que Suso mi compañero está bien y juntos comenzamos el recorrido por el
hilo guía que yo había instalado el día anterior. Cuando llegamos al
puente Suso se dirige hacia una de las ventanas para desde ella observar
el interior…, yo mientras tanto me desplazo hacia el otro costado del
puente y desde allí intento entrar al primer corredor, ya casi estaba
dentro pero el paso es demasiado estrecho para las botellas laterales
por lo que desisto y decido salir hacia atrás, pero al retroceder y
girar mi cabeza me la golpeo contra el marco de la ventana. En ese
momento dejo de ver con claridad, siento un ligero mareo por el impacto
al tiempo que se me inunda la máscara.., decido no moverme para no
enturbiar la zona de sedimento mientras me recupero. Transcurre un
tiempo mientras vacío mi mascara y recoloco la capucha hasta que deja de
entrar agua y es entonces cuando veo como la sangre corre por delante
del cristal. Me intranquilizo un poco y compruebo el display del
Rebreather. Ahora miro hacia el resto de mis compañeros, están a unos 7
u 8 metros de mí y no se han dado cuenta de nada, graban video y sacan
fotos, me giro hacia mi derecha ya fuera del puente y dirijo la mirada
hacia arriba, veo el strobo destellando y sin dudarlo me dirijo hacia
él, no me encuentro mal, pero si que estoy preocupado porque no paro de
sangrar, tengo por delante 91m de ascenso y más de una hora de
descompresión…”
José Manuel Silva
Alexis Macia Díaz
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