CARDENAL CISNEROS

 

 

 

CARDENAL CISNEROS- EXPEDICIÓN 2007.

Julio 2007

      Exactamente habían pasado once meses tras la primera toma de contacto con el pecio… navegábamos de nuevo hacia las coordenadas después de no pocas vicisitudes e imprevistos, el peor de todos ellos el tiempo atmosférico que estábamos padeciendo en pleno mes de julio. La brisa inofensiva en la costa  se convierte en fuerte viento que provoca un oleaje insoportable a medida que nos alejamos varias millas hacia mar abierto. Sin embargo hoy parece que nos va a dar una tregua, por fín!!

        Fondeamos sobre la posición que nos indican los dos GPS y hacemos dos equipos de buceo distintos con el fin de conseguir mejores resultados en la primera inmersión. Unai, Juan y Alex irán primero para confirmar que la posición de fondeo es buena y asegurar el cabo a la estructura del pecio. Yo y Dani iremos a posterior, así podremos recorrer el hilo tendido por ellos y continuarlo nosotros. Los minutos van pasando….esperamos el tiempo suficiente para que el primer equipo haga su inmersión mientras nos equipamos… y por fin… AL AGUA!!  Bajamos por el cabo de fondeo y hacemos un OK? al cruzarnos con ellos ya en su cota de descompresión, la visibilidad es bastante buena y pronto llegamos a los 60m donde destaca una enorme roca que nos impide ver más allá. El cabo se desliza a su lado y lo recorremos siguiendo su vertical hasta unos metros más allá donde vemos que nuestros compañeros lo han atado a un tubo… ¿un tubo? Sí, es el tubo de uno de los cañones Canet de 140 mm.!!! Está casi en los 70 m. de profundidad, examinamos todo lo que hay a su alrededor intentando reconocer el punto del barco en el que estamos… seguimos el hilo tendido por el primer equipo y pronto nos damos cuenta al descubrir varias estructuras y una de las cadenas de fondeo con su gran ancla, estamos en la zona de proa. Al terminar el hilo tendido decidimos volver hacia atrás y partir de nuevo desde el cañón en otra dirección… con otro carrete partimos bordeando el costado de estribor hacia la popa, al cabo de unos metros nos encontramos con otro de los Cañones Canet de 140 mm. de batería acasamatada, llevaba cuatro a cada costado, seguimos navegando unos metros más hasta que  Dani con una señal me indica que da la vuelta para comenzar su ascenso, le confirmo y después de afianzar el hilo y dejar el carrete allí para la próxima inmersión me doy la vuelta también. Entre unas cosas y otras han transcurrido unos treinta minutos y comenzamos a ascender…

       …Mientras ascendía buscaba en el cabo la silueta de Dani que había abandonado el fondo unos minutos antes, la visibilidad era buena, y allí estaba él.  Yo habría ascendido unos 20 m. del fondo, recordaba todo lo que había visto en la inmersión cuando miré hacia abajo, Joder!!!, un cambio en el viento en superficie había hecho rolar el cabo de descompresión! Me quedé absorto mirando aquella imagen unos 15 ó 20 m. más abajo, un cañón de dimensiones espectaculares rodeado de cientos de vainas de munición de todos los tamaños y un sinfín de artefactos a su alrededor. Un poco mas atrás las calderas, todo de unas dimensiones que me hacían sentir muy pequeño. Miré mi ordenador, estaba a 55 m. subiendo, miré a Dani y le hice señales, miré mi deco en el ordenador, bufff, después de 30 min. a 68 m. tendría que quedarme a vivir allí si volvía a bajar! Miré unas cuantas veces más la postal y ascendí pensando que al día siguiente no me la perdería.

              Y así fue, al día siguiente decidimos madrugar para evitar el problema del viento así que a las 8 de la mañana estábamos embarcando, fue uno de los mejores días de todos los que permanecimos allí. La visibilidad y el estado de la mar con ausencia de viento nos permitió hacer tiempos de hasta cincuenta minutos de fondo llegando a profundidades de 70 m. Partiendo siempre del mismo punto de fondeo recorremos la zona de proa… pronto llegamos al impresionante cañón Guillén de 240 mm. allí situado, y rodeado totalmente de montañas de munición de diversos calibres. Su visión nos deja impresionados, está tumbado sobre su costado izquierdo y apuntando hacía la proa. Delante de él se encuentran los molinetes y sistemas de izado de las anclas encontrándose próxima una de ellas. Un poco más hacia atrás y hacia el lado de babor se encuentra la torre de combate, situada en origen debajo del puente de mando ahora se ha quedado al descubierto al haberse deshecho el puente totalmente debido al paso del tiempo y los embites del mar. En su interior pueden apreciarse los elementos de puntería y los cornetines de comunicaciones del operador.

          Desde allí tendiendo un hilo tomamos dirección hacia popa y siguiendo instintivamente la línea central del barco muy pronto llegamos a las calderas, todo de unas dimensiones que nos hace a nosotros muy pequeños, están alineadas como en su posición original amoldándose a la orografía del fondo de roca, más allá de las calderas nos encontramos un sinfín de materiales y acopios de municiones por todos lados y de distintos calibres, así como algunos de los 8 cañones Nordenfelt que hacían de protección a los 8 Canet de 140 mm. situados a ambos costados del buque.

         Siguiendo la navegación hacia la popa buscando las hélices nos encontramos el segundo cañón Guillén 240 mm. que equipaba el barco. Está en posición invertida y apuntando hacia popa. Lo sobrepasamos sin detenernos apenas en él hasta que unos metros más allá vemos una de las hélices, la del lado de estribor, su tamaño es impresionante, está todavía unida a su eje y conserva el arbotante que la unía al casco.

          Los días siguientes se exploró toda la zona de estribor del barco tendiendo hilos desde proa que siguiendo distintos caminos acababan encontrándose en la popa.  

           El barco se encuentra totalmente deshecho aunque conserva la línea y se pueden ir identificando sus distintas partes y toda su artillería, siendo la profundidad entre los 60 y 70 metros. Por la posición de los grandes cañones de proa y popa y algunas otras estructuras se diría que el barco estuvo escorado del lado de babor antes de amoldarse definitivamente al fondo tras el paso de los años.

          El tiempo atmosférico fue empeorando debido al fuerte viendo y la mala mar  que algunos de los días nos proporcionó unas descompresiones muy incómodas.          

         Debido a esto nos faltaron días para explorar la parte del costado de babor de proa a popa y poder realizar un croquis completo del estado actual del pecio. Pero todo eso será parte de un nuevo capitulo.

 

Texto: José Manuel Silva.

 

 

 

 

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